No es necesario que pases largas jornadas limpiando a fondo para que tu casa luzca limpia y ordenada. La constancia y la rutina son nuestras mejores herramientas cuando queremos ser más ordenados y, por eso, en Aliseda Inmobiliaria te damos los trucos imprescindibles para saber cómo mantener la casa limpia siempre con poco esfuerzo.
Lo ideal es crear una serie de rutinas y hábitos que te ayuden a mantener el orden en casa y, lo que es más importante, durante más tiempo.
¿Cómo tener la casa limpia y ordenada siempre?
La cama:
Hacer la cama nada más despertarse es el básico principal del orden. Además tiene muchos beneficios, como potenciar la autoestima o reducir el estrés durante el día.
Lo mejor de hacer la cama a primera hora es que cuando vuelvas del trabajo tendrás asegurada la sensación de orden. Además, sentirás que tu habitación es más acogedora, algo que incita al descanso. También sabemos que dormir con la cama deshecha repercute negativamente en nuestras horas de sueño.
Friega después de cada comida:
Fregar todo lo que utilicemos después de cada comida o cena no solo servirá para evitar que se incruste la suciedad en los platos y cubiertos, sino que también ayudará a prevenir la acumulación de olores en nuestra cocina e impedirá la acumulación de platos sucios en el fregadero.
Si seguimos este consejo no nos tendremos que enfrentar a esa fila de platos y otros utensilios apilados cada mañana o cuando vamos con prisas. Fregar después de cada comida o incluso al terminar de cocinar no te llevará más de cinco minutos, de hecho, incluso puedes hacerlo mientras esperas que se enfríe tu plato.
Da un repaso al baño después de cada ducha:
Esto no se trata de realizar una limpieza en profundidad del baño cada vez que se utiliza, pero si cada vez que salimos de la ducha aprovechamos para colocar las toallas, limpiar las manchas de pasta de dientes, pasar un paño por la mampara o eliminar las gotas del espejo, conseguiremos mantener nuestro cuarto de baño siempre a punto. Seguir estos pasos cada día tampoco nos llevará más de cinco o diez minutos.
Además, el calor del agua de la ducha ablanda la suciedad, de manera que también sirve para limpiar la suciedad mucho más fácil y rápido.
Recoge tu ropa:
Por lo general, todos llegamos a casa cansados y a horas tardías, pero lo que debemos evitar ante todo es dejar la ropa que nos quitamos tirada encima de alguna silla o amontonarla.
Invierte un par de minutos en separar tu ropa cuando te la quites; echa en el cubo de la ropa sucia aquello que realmente necesita ser lavado y guarda en su sitio los vaqueros, los jerséis y los abrigos.
El salón:
Sobre todo, si has pasado tiempo en el salón antes de irte a la cama, no te costará nada colocar la funda del sofá, dar un pequeño repaso a la mesa, doblar bien la manta y colocar cojines u otras cosas que hayas utilizado.
Si haces esto, todas las mañanas al despertarte agradecerás ver tu casa ordenada y a punto para disfrutar nuevamente de la comodidad de tu hogar cuando llegues después de otro largo día de trabajo.
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