Hay quien adquiere una vivienda con la idea de quedarse en ella “para siempre”. Hay quien la compra con la idea de habitarla un tiempo y venderla más adelante. Y hay quien la compra con el único propósito de venderla. Si hablamos de viviendas de segunda mano, sea cual sea tu situación, este artículo te interesa. Porque vamos a enumerar 7 reformas que aumentarán el valor de tu inmueble entre un 10 y un 15%. ¿Qué te parece?
Empezamos por lo esencial en las reformas: pintar las paredes
Esta renovación de los muros es casi obligada en una vivienda de segunda mano. La sensación de luz, limpieza y novedad de un piso recién pintado es indiscutible. Si hay papel antiguo o estucado en las paredes, te recomendamos eliminarlos ya que ambas opciones dan una imagen algo anticuada. Lo mejor son paredes lisas y blancas, para que el comprador pueda decir si quiere mantenerlas tal cual u optar por algún color.
Los pies en un buen suelo
Un suelo desigual, quebrado o manchado puede arruinar la imagen de un buen piso. Si la vivienda tiene un suelo de madera auténtica que está en mal estado, es aconsejable optar por una rehabilitación profesional, que recuperará el color auténtico de la madera y su textura única. Lo mismo puede hacerse con las baldosas hidráulicas de diseño antiguo. Si el suelo es estéticamente interesante o está demasiado perjudicado, optar por tarima es una excelente decisión, económica, elegante y moderna.
Optimizar cada metro
La distribución de un inmueble es uno de los factores más valorados en la actualidad. Hoy en día se construyen viviendas más cuadradas, con menos pasillos y espacios muertos. Por eso, si en tu vivienda de segunda mano puedes eliminar pequeñas habitaciones y unirlas a otros espacios para ganar metros y amplitud, mejor que mejor. En ese sentido, unir salón y comedor o eliminar pequeños baños de cortesía) es lo más adecuado.
El baño y la cocina como si fueran nuevos
Dos espacios que a todo nuevo propietario le gusta estrenar son el baño y la cocina. Así que, si tu cocina se ve desfasada, hazla nueva. Actualmente hay muchas opciones económicas de calidad media. Apuesta por un diseño discreto en colores suaves que soporte bien el paso de los años. En cuanto al baño, una reforma clásica es la de sustituir la bañera por un plato de ducha, pero atención porque este año las bañeras son tendencia en diseño de interiorismo.
Aislarse para vivir mejor
¡No nos referimos a volverse antisocial! Sino a instalar ventanas que aíslen mejor del frío en invierno, mantengan el frescor del aire acondicionado en verano y nos protejan del ruido a diario. Las ventanas viejas no solo dejan pasar el ruido y el frío, sino también el polvo.
Los armarios, mejor empotrados
Estos suman puntos en la descripción de una vivienda, siempre. Si tu inmueble permite esta modificación ¡no lo pienses dos veces! Pasan más desapercibidos y si al cabo de un tiempo quieres actualizarlos, solo has de cambiarles las puertas.
El futuro ya no es tan caro
Antes la domótica nos parecía cosa de un futuro muy lejano y para muy pocos bolsillos. En cambio en la actualidad instalar termostatos inteligentes para controlar el encendido y apagado de la calefacción o la subida y bajada de persianas es factible y bastante económico, ya que toda la instalación se basa en el sistema wifi y no en complicados entramados de cables.
¿Te animas a llevar a cabo alguna o varias de estas reformas? Si lo haces, verás tu vivienda revitalizada y revalorizada. Antes de terminar, te damos un consejo para calcular cuánto invertir en una reforma integral del piso: infórmate del precio medio de una vivienda similar a la tuya en tu zona, ya reformada y del precio medio de una vivienda parecida a la tuya en tu zona, pero sin reformar. Una vez tengas los dos precios, saca la diferencia entre ambos y después calcula el 50% de esa cifra. Ese será el valor aproximado que debes invertir para que, a la hora de vender el inmueble, puedas tener un buen margen de beneficio.