Aunque las cocinas de gas siguen siendo mayoritarias, poco a poco las cocinas de inducción, como las placas vitrocerámicas, han ido ganando terreno al fogón tradicional. En Hola Pisos te contamos cuáles son las ventajas y los inconvenientes de cada uno de estos tres tipos de cocina y qué debes tener en cuenta antes de instalarlas en tu casa.
La potencia, el consumo de energía, su limpieza o el tipo de configuración de las placas de cocina son solo algunas de las cuestiones a tener en cuenta antes de decidirnos. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.
Tipos de cocina:
Cocina con vitrocerámica:
La vitrocerámica parece moderna, pero la realidad es que lleva en el mercado más de dos décadas. Llegó a principios de siglo como la perfecta solución para evitar el peligro y la suciedad de las cocinas de gas tradicionales y, a día de hoy, la vemos por todas partes.
Este tipo de cocina resulta fácil de instalar y apenas requiere mantenimiento. Además ofrece una optimización de fabricación que le permite mantenerse en las tiendas a un precio más que competitivo.
Por otra parte, su principal punto débil es su fuente de alimentación: la electricidad. Esto no significa que las placas vitrocerámicas tengan un coste alto, sino que el precio de la energía en el mercado a día de hoy es bastante elevado.
Cocina de inducción:
¿Cuál es la diferencia entre el sistema de inducción y la vitrocerámica? Aquí tenemos la causa de que muchas de las personas que están reformando sus cocinas se planteen cambiar sus placas de toda la vida por estos sistemas de inducción tan modernos y prometedores.
La inducción también trabaja con electricidad, lo que quiere decir que comparte la misma desventaja que la vitrocerámica. Pero su principal diferencia se encuentra justo debajo de su cristal, donde incluye un imán gigante en vez de unas resistencias.
El principal punto fuerte de la inducción es no solo que es más rápida, sino que calienta al doble de velocidad que la vitrocerámica.
También posee nuevas funciones como la programación y cuenta con otros recursos más específicos que mejoran la experiencia.
Por otra parte, aunque se trata del sistema de cocina más rápido, solo funciona con recipientes especiales, lo que significa que tendrás que renovar todas tus cacerolas.
Cocina de gas:
La cocina de gas sigue presente en la mayoría de los restaurantes de prestigio porque se considera que aporta un sabor especial a la comida. Es por este motivo también que en muchas de las viviendas actuales se mantiene por costumbre y tradición.
La popularidad de estas placas de gas reside en el precio de su uso, ya que el gas es mucho más barato que la electricidad, su tiempo de cocción y control de la temperatura, lo que nos proporciona unos buenos resultados en los platos cocinados. Además, es compatible con todos los recipientes de cocina.
Existen dos tipos de placas para estas cocinas: las placas de gas butano y las placas de gas natural. Para las primeras necesitaremos tener conectada una bombona, ya que solo funcionan con gas butano. Las de gas natural, por su parte, funcionan tanto con gas natural como por gas butano y requieren cambiar parte de la instalación y un tornillo llamado “chicle”, ya que el gas vendrá desde otro sitio.
Por otra parte, hay que decir que las cocinas de gas son un poco más complicadas de limpiar, a diferencia de la vitrocerámica y los sistemas de inducción.
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